sábado, 30 de septiembre de 2017

Peregrinación a la Virgen de Luján - P. Rafael Tello







Un poco de historia
¿Quién fue el iniciador de esta peregrinación?

La peregrinación juvenil a Luján, una de las mayores manifestaciones religiosas de Argentina y de América Latina, se inició en 1975 y se ha convertido en el emblema de un cambio profundo de la Iglesia argentina, que se esbozó en el Concilio Vaticano II.

El artífice de esta movida fue el padre Rafael Tello, fallecido en el año 2002 (Junto al padre Lucio Gera elaboraron la denominada “Teología del Pueblo”.)

Al promediar la convulsionada década del '70, el P. Tello creía que hacía falta un hecho masivo que movilizara a los jóvenes, que habían perdido entusiasmo en la vivencia de la fe y estaban encerrados en sus parroquias y movimientos. Intuía un gesto de unidad y fervor basado en la religiosidad popular. Poco a poco fue amasando su idea. "¿Qué es lo que le gusta a la gente?", preguntó una vez en el monasterio bonaerense de Los Toldos. "Le gusta cantar y caminar", le respondió el padre Daniel de la Sierra.

El P. Tello comenzó a lanzar su idea en encuentros de movimientos juveniles de la capital y el gran Buenos Aires. "¿A nadie se le ocurrió organizar una peregrinación de jóvenes a Luján?", preguntaba. El laico Marcelo Mitchell —que integraba el grupo juvenil de la iglesia de San Patricio— admite hoy que fue muy poco convencido a una de las primeras reuniones para avanzar en la idea. "Voy a ir a una sola reunión", advirtió entonces. Pero, al escuchar al padre Tello, "mi corazón vibró".

Finalmente —corría 1975—, el proyecto se puso en marcha. Los jóvenes no tenían el hábito de peregrinar. Por eso, era clave la difusión de la marcha. Pero la campaña fue precaria: avisos en iglesias y colegios, rudimentarios afiches y tímidos contactos con los medios. El propio Mitchell visitó a un conocido vecino, el relator José María Muñoz, quien invitó a la caminata durante la transmisión de un superclásico Boca-River.

El 25 de octubre, a las 14, desde San Cayetano de Liniers, arrancó la primera peregrinación bajo el lema "La juventud peregrina a Luján por la Patria".


 El P. Rafael Tello, conocido como "el viejo Tello"



  Palabras de Oscar Mónaco (peregrino de la 1° peregrinación a Luján, año 1975):

“El padre Rafael Tello, tuvo la inspiración, de que una marcha religiosa a la ciudad de la Virgen desataría el afán religioso de miles de chicos. Y no se equivocó.

Decidido a concretar su intuición, Tello convocó a un grupo de catequistas recién salidos de la adolescencia -y con el idealismo aún intacto- para hacer de ellos los promotores de la peregrinación. Debían recorrer iglesias y escuelas, puerta por puerta, hasta extender el anuncio de la marcha por toda la ciudad.”  

Palabras del cardenal Mario Poli (octubre de 2014, 40° Peregrinación):

"Quiero agradecerle a Dios ante todo la moción espiritual que tuvo el Padre Rafael Tello”

Testimonio de una de las organizadoras de la primera peregrinación: https://www.valoresreligiosos.com.ar/Noticias/el-origen-jamas-contado-de-la-manifestacion-de-fe-mas-importante-de-la-argentina-16065


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sábado, 23 de septiembre de 2017

EVANCAT: “Dios de Misericordia y de Piedad”





Evangelio según San Mateo 20,1-16a.

Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña. Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo'. Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: '¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?'. Ellos les respondieron: 'Nadie nos ha contratado'. Entonces les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'. Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: 'Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros'. Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario. Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, diciendo: 'Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada'. El propietario respondió a uno de ellos: 'Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?'. Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos». 

Catecismo de la Iglesia Católica

Dios misericordioso y clemente

210 Tras el pecado de Israel, que se apartó de Dios para adorar al becerro de oro (cf. Ex 32), Dios escucha la intercesión de Moisés y acepta marchar en medio de un pueblo infiel, manifestando así su amor (cf. Ex 33,12-17). A Moisés, que pide ver su gloria, Dios le responde: "Yo haré pasar ante tu vista toda mi bondad (belleza) y pronunciaré delante de ti el nombre de YHWH" (Ex 33,18-19). Y el Señor pasa delante de Moisés, y proclama: "YHWH, YHWH, Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad" (Ex 34,5-6). Moisés confiesa entonces que el Señor es un Dios que perdona (cf. Ex 34,9).

211 El Nombre Divino "Yo soy" o "El es" expresa la fidelidad de Dios que, a pesar de la infidelidad del pecado de los hombres y del castigo que merece, "mantiene su amor por mil generaciones" (Ex 34,7). Dios revela que es "rico en misericordia" (Ef 2,4) llegando hasta dar su propio Hijo. Jesús, dando su vida para librarnos del pecado, revelará que él mismo lleva el Nombre divino: "Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo soy" (Jn 8,28)

Jesús escandalizó con su misericordia

588 Jesús escandalizó a los fariseos comiendo con los publicanos y los pecadores (cf. Lc 5, 30) tan familiarmente como con ellos mismos (cf. Lc 7, 36; 11, 37; 14, 1). Contra algunos de los "que se tenían por justos y despreciaban a los demás" (Lc 18, 9; cf. Jn 7, 49; 9, 34), Jesús afirmó: "No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores" (Lc 5, 32). Fue más lejos todavía al proclamar frente a los fariseos que, siendo el pecado una realidad universal (cf. Jn 8, 33-36), los que pretenden no tener necesidad de salvación se ciegan con respecto a sí mismos (cf. Jn 9, 40-41).


589 Jesús escandalizó sobre todo porque identificó su conducta misericordiosa hacia los pecadores con la actitud de Dios mismo con respecto a ellos (cf. Mt 9, 13; Os 6, 6). Llegó incluso a dejar entender que compartiendo la mesa con los pecadores (cf. Lc 15, 1-2), los admitía al banquete mesiánico (cf. Lc 15, 22-32). Pero es especialmente, al perdonar los pecados, cuando Jesús puso a las autoridades de Israel ante un dilema. Porque como ellas dicen, justamente asombradas, "¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?" (Mc 2, 7). Al perdonar los pecados, o bien Jesús blasfema porque es un hombre que pretende hacerse igual a Dios (cf. Jn 5, 18; 10, 33) o bien dice verdad y su persona hace presente y revela el Nombre de Dios (cf. Jn 17, 6-26).


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jueves, 21 de septiembre de 2017

El Rosario por la Juventud



En el hemisferio Sur del mundo, hoy damos la bienvenida a la primavera. Celebramos la primavera y el día del estudiante, este día también es llamado el día de la juventud, por este motivo te propongo rezar los misterios de luz (Jueves) con intenciones por la juventud.

Misterios luminosos

En el 1° misterio contemplamos “El Bautismo de Jesús en el Jordán.”

Señor te pedimos por los jóvenes que desean encontrarse contigo iniciando un camino de Fe.

“Llegaron a un lugar donde había agua, y el etíope dijo: «Aquí hay agua, ¿qué me impide ser bautizado?».  [Felipe dijo: «Si crees de todo corazón, es posible». «Creo, afirmó, que Jesucristo es el Hijo de Dios».] Y ordenó que detuvieran el carro; ambos descendieron hasta el agua, y Felipe lo bautizó.” (Hechos 8,36-38)

En el 2° misterio contemplamos  “La auto revelación de Jesús en las Bodas de Caná.”

Señor te pedimos que renueves el amor en los noviazgos y matrimonios jóvenes.

“El hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos serán una sola carne.” (Efesios 5, 31)

En el 3° misterio contemplamos “El anuncio del Reino de Dios y la invitación a la conversión.”

Señor te pedimos que fortalezcas a todos los jóvenes que anuncian tu palabra para que no sean vencidos por el desanimo.

“Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.” (Marcos 16,15)

En el 4° misterio contemplamos “La Transfiguración de Jesús.”

Señor te pedimos por los jóvenes que están sumergidos en la oscuridad de las adicciones para que en ti encuentren la luz de la vida.

“Jesús dijo: «Joven, yo te lo ordeno, levántate».” (Lucas 7,14)

En el 5° misterio contemplamos “La Institución de la Eucaristía.”

Señor te pedimos por todos los jóvenes que están discerniendo su vocación.


“Jesús salió nuevamente a la orilla del mar; toda la gente acudía allí, y él les enseñaba. Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: «Sígueme». El se levantó y lo siguió.” (Marcos 2,13-14)

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sábado, 16 de septiembre de 2017

«Cada árbol se reconoce por sus frutos» (Santa Teresa de Calcuta)



Evangelio según San Lucas 6,43-49. 

Jesús decía a sus discipulos: «No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos: cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca. ¿Por qué ustedes me llaman: 'Señor, Señor', y no hacen lo que les digo? Yo les diré a quién se parece todo aquel que viene a mí, escucha mis palabras y las practica. Se parece a un hombre que, queriendo construir una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca. Cuando vino la creciente, las aguas se precipitaron con fuerza contra esa casa, pero no pudieron derribarla, porque estaba bien construida. En cambio, el que escucha la Palabra y no la pone en práctica, se parece a un hombre que construyó su casa sobre tierra, sin cimientos. Cuando las aguas se precipitaron contra ella, en seguida se derrumbó, y el desastre que sobrevino a esa casa fue grande.»

Comentario de Santa Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad

  Si una cosa hay que siempre nos asegurará el Cielo, son los actos de caridad y de generosidad con los que habremos llenado nuestra existencia. ¿Acaso sabremos jamás cuál es el bien que nos puede acarrear una simple sonrisa? Proclamamos como Dios acoge, comprende, perdona. Pero, ¿acaso somos nosotros la prueba viviente de ello? ¿Ven en nuestras vidas que esta acogida, esta comprensión, este perdón, son verdaderos? Seamos sinceros en nuestras mutuas relaciones; tengamos el valor de acogernos unos a otros tal como somos. No estemos sorprendidos o preocupados por nuestros fracasos ni por los de los demás; sino que procuremos antes ver el bien que hay en cada uno de nosotros; busquémosle, porque cada uno de nosotros ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. 

      No olvidemos que todavía no somos santos, sino que nos esforzamos para llegar a serlo. Seamos, pues, extremadamente pacientes en lo que se refiere a nuestras faltas y caídas. No te sirvas de tu lengua si no es para hablar bien de los otros, «porque de la abundancia del corazón, habla la boca ». Es preciso que, aquellos cuya misión es dar tengamos alguna cosa en el corazón antes de poder dar; debemos primero, crecer en el conocimiento de Dios


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sábado, 9 de septiembre de 2017

"Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden" - EVANGELIO DOMINICAL



Evangelio según San Mateo 18,15-20.


Jesús dijo a sus discípulos: Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo. También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos. 

Catecismo de la Iglesia Católica

2842 Este "como" no es el único en la enseñanza de Jesús: "Sed perfectos 'como' es perfecto vuestro Padre celestial" (Mt 5, 48); "Sed misericordiosos, 'como' vuestro Padre es misericordioso" (Lc 6, 36); "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que 'como' yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros" (Jn 13, 34). Observar el mandamiento del Señor es imposible si se trata de imitar desde fuera el modelo divino. Se trata de una participación, vital y nacida "del fondo del corazón", en la santidad, en la misericordia, y en el amor de nuestro Dios. Sólo el Espíritu que es "nuestra Vida "verdaderamente la irradiación del Padre (Liturgia bizantina, Kontakion de la Fiesta de la Transfiguración,) (Ga 5, 25) puede hacer nuestros los mismos sentimientos que hubo en Cristo Jesús (cf Flp 2, 1. 5). Así, la unidad del perdón se hace posible, "perdonándonos mutuamente 'como' nos perdonó Dios en Cristo" (Ef 4, 32).

2843 Así, adquieren vida las palabras del Señor sobre el perdón, este Amor que ama hasta el extremo del amor (cf Jn 13, 1). La parábola del siervo sin entrañas, que culmina la enseñanza del Señor sobre la comunión eclesial (cf. Mt 18, 23-35), acaba con esta frase: "Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonáis cada uno de corazón a vuestro hermano". Allí es, en efecto, en el fondo "del corazón" donde todo se ata y se desata. No está en nuestra mano no sentir ya la ofensa y olvidarla; pero el corazón que se ofrece al Espíritu Santo cambia la herida en compasión y purifica la memoria transformando la ofensa en intercesión.

2844 La oración cristiana llega hasta el perdón de los enemigos (cf Mt 5, 43-44). Transfigura al discípulo configurándolo con su Maestro. El perdón es cumbre de la oración cristiana; el don de la oración no puede recibirse más que en un corazón acorde con la compasión divina. Además, el perdón da testimonio de que, en nuestro mundo, el amor es más fuerte que el pecado. Los mártires de ayer y de hoy dan este testimonio de Jesús. El perdón es la condición fundamental de la reconciliación (cf 2 Co 5, 18-21) de los hijos de Dios con su Padre y de los hombres entre sí (cf Juan Pablo II, DM 14).

2845 No hay límite ni medida en este perdón, esencialmente divino (cf Mt 18, 21-22; Lc 17, 3-4). Si se trata de ofensas (de "pecados" según Lc 11, 4, o de "deudas" según Mt 6, 12), de hecho nosotros somos siempre deudores: "Con nadie tengáis otra deuda que la del mutuo amor" (Rm 13, 8). La comunión de la Santísima Trinidad es la fuente y el criterio de verdad en toda relación (cf 1 Jn 3, 19-24). Se vive en la oración y sobre todo en la Eucaristía (cf Mt 5, 23-24):  


Dios no acepta el sacrificio de los que provocan la desunión, los despide del altar para que antes se reconcilien con sus hermanos: Dios quiere ser pacificado con oraciones de paz. La obligación más bella para Dios es nuestra paz, nuestra concordia, la unidad en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo de todo el pueblo fiel (San Cipriano, Dom. orat. 23: PL 4, 535C-536A).

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